Como conocí en negocio de la mota.

Publicado por Alter Ego de Alguien. , domingo, 15 de septiembre de 2013 16:44

La primera vez que fumé mota estaba sentada en el parque central junto a una chico que ahora es tuitstar, le dije que tenía mucha experiencia, la verdad es que sólo tenía unos amigos muy drogadictos que me habían dejado un gallo, según ellos esa era la mejor manera de ligarse a una chica. De los chavos ninguno me gustaba, pero en la fiesta  ellos eran lo más aceptable, así que escogí a uno de ellos, Juan, porque si me quedaba con todos me iba a ver muy puta.  Juan me dijo que saliéramos un rato y pues de pendeja fui;  yo creí que iba a coger durisimo esa noche, pero el muy idiota me llevó a ver el cielo. Miramos hacia arriba mientras el gallo se terminaba, traté de guiarlo a mi boca, pero sólo pude ponerme espiritual con la luna, las estrellas y todas esas mamadas. Estaba dominada por la realidad trastornada, todo lo veía muy brillante, muy lejano, muy cercano, muy infinito. Me sentí más profunda que nunca y le conté mi vida. Llegamos a sentir como las luces de la fiesta pegaban en nuestras caras, de la nada llego la mamá del cabrón que organizó la fiesta y mandó a todos a la verga, pero Juan y Yo seguíamos en el techo riendo, solo quedaba motéarse entre el silencio de las laminas.  Al final nos abrazamos, y eso fue todo, pero antes le dije que lo quería de amigo, pero la verdad yo le dije eso porque tenia mota y vi a su hermana en la fiesta y era muy bonita . Regresé a mi casa muy pedota, a mis papás les dije que eran unos pendejos, y mi mamá me dio una cachetada. 
Al otro día llame a Juan y quedamos de juntarnos en un restaurante chino de la quinta avenida en zona uno. Juan se había planchado el cabello y lo primero que pensé fue "Que joto es el patojo" me hablo y lo volví a friendzonear y le dije que yo quería vender mota porqué mis papás ya no me iban a dar dinero por que la noche anterior les dije pendejos, Juan se sintió culpable y pues me dio una bolsitas y  me dijo que las diera a cinco pesos cada una.
La segunda vez que fumé mota estaba en mi casa, ese día mi mamá se fue a la sinagoga con mis hermanas y solo mi papá y yo estábamos en la casa. Joy Division llevaba sonando dos horas, yo estaba esperando que mi papá se durmiera y en mi cabeza solo pasaba "Ya duérmete papá, esta mota no se va a fumar sola" Luego me negué a fumar por miedo a picarme, la mota era para vender. Finalmente mi papá se durmió y yo ya tenia echos los porro que me iba a fumar, abrí la ventana y encendí el primero, con tres jalones que le dí yo ya me estaba  a imaginando madres, me imagine una fiesta en donde estaba la hermana de Juan.  Ella llevaba mucho tiempo pidiendo que pusieran una de los Smiths pero no le hacían caso por que sabia que yo estaba alucinando. En eso llegó uno de mis amigos y le ofreció de un porro que traía en la boca, ella se me quedó viendo mientras fumaba, sonaba “Ceremony” y la boca me supo a caguama con cigarro, Entonces ella me sopló el humo en la cara, le respondí “No gracias, no fumo”, y dijo que no necesitaba fumar, sólo darle respiración de boca a boca. Le di otra fumada a mi porro (que era lo único real que si estaba pasando) y me besó lento mientras el humo se me metía a la garganta. Tosí muchísimo. Mi papá me tocó la puerta del cuarto y yo le dije que no tenia ropa para que no me viera. 
La tercera vez que fumé mota estaba con una chica que ahora es novia de una machorra. Estábamos en la fila del baño de una fiesta gigante en casa de mi mejor  amigo. Finalmente entramos al baño y  en ese momento se subió brassier y me dijo que yo también lo hiciera, yo le dije que estaba loca y que ella fuera una loca era lo que mas me gustaba. Arriba la ropa para forzar la liberación femenina en todos los espacios a los que llegaba. Me habló del feminismo, de la liberación sexual de los zombies, también dijo que le encantaba el reggae, luego incendio un porro y me tiro todo el humo en la cara. Me reí mientras ella sacaba una pipa morada de su bolsa. Fumamos mirándonos a los ojos y después salimos a bailar reggae, entendí por qué es la mejor música para bailar pedota, la chica se movía   sin dejar de sonreír. Esa noche terminamos cogiendo en el cuarto de mi amigo, sentí rico porque me pareció que estaba cogiendo con un chica muy culta por todo lo que me había platicado en el baño.  Al final nos abrazamos, nos dijimos que lo haríamos diario y salimos a la fiesta para cargarnos de risa de todo, cegadas en mota, endorfinas y el amor infinito que sientes después de coger con una desconocida. Seguimos fumando, la acompañé a la parada del bus pero ella y yo estábamos tan pedas que se nos olvidó que a esa hora los buses ya ni pasan. Le pedí que me pasara su teléfono pero me mandó al carajo.  

Yo seguí con mi vida, ahora cada que me quedó sin dinero vendo mota en esas putas fiestas. 


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