Ana.

Publicado por Alter Ego de Alguien. , domingo, 1 de septiembre de 2013 15:12

La música iba a todo volumen en el estéreo del auto, Ana, iba recostada en el sillón trasero, había sacado los pies por la ventana para relajarse y jugar con el viento.
—Deberías de meter los pies, no es seguro que hagas eso. Dije Yo.
Ella hizo señas por el retrovisor, que no podía escucharme.
—Es por la música, tú le subiste el volumen.  Protesté Yo.
—Te digo que deberías de meter los pies, no es seguro que los lleves así. repetí.
—No pasa nada cariño, tranquila. Respondió ella, mientras movía su pies al ritmo de la música
—Muchos accidentes ocurren debido a eso, puedes distraer a otro conductor o peor aun, te los pueden amputar; vi un vídeo en la deep web sobre eso. Dije con voz preocupada.
—Vos y tus paranoias, vamos disfruta, tú querías hacer este viaje…
—¡Hey! amo esa canción, sube el volumen, a ti también te gusta, no te hagas. Dijo ella emocionada. 
Seguí con la mirada fija en la carretera.
—No me ignorés odio que hagas eso, lo sabes. Me dijo, mientras estiraba la mano para subir el volumen ella misma.
«Salta el puente, cruza las cascadas de miel
llenándote de oro dulce hasta los pies.
 Haz volteretas infinitas rapidísimas hacia el cielo
como un armadillo hecho bola disparado con un cañón» 
Cantaba a todo pulmón Ana, mientras llevaba el ritmo con las manos golpeando sus piernas.
—Hasta la canción lo dice. Dijo ella sonriendo.
—Ya estás aprendiendo, vive el sueño cariño.
—Sí. respondí mientras acomodaba el retrovisor directo al sillón trasero.
—Me gusta echar un vistazo de vez en cuando y saber que siempre estás allí disfrutando el viaje. 
—¿Con quién jodidos hablas? Preguntó Fausto, mientras despertaba en el asiento del copiloto.
—Con nadie respondí, mientras me daba unos golpecitos contra la ventana como intentando despertarme.
—Me pareció escuchar que sí hablabas con alguien insitió Fausto.
—Estaba cantando, eso fue todo. 
—Mmmmm… «Volteretas» era la favorita de…
Mejor sigue durmiendo, aún falta mucho para llegar. Le contesté.
—Por cierto, arregla el retrovisor, está mal acomodado. 
Sí, como sea…
Vi de nuevo vio por el retrovisor y allí estaba Ana, tumbada sobre el sillón, seguía cantando «uo!uoo! Ouo!uoo!» 
Ana también me vio por el retrovisor y sonrió, ambas sonreímos por unos segundos… Luego ella ya no estaba… Ya no estaba en el sillón trasero. Había transcurrido un mes desde que se fue.
Me concentre en la carretera y acelere a fondo, a todo lo que daba el chevrolet sprint 1987.
Aquella salida por carretera de chinautla, al fin había decidido emprenderlo.

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